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10 BARES imperdibles en DUBLIN, IRLANDA

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¿Problemitas con el alcohol?, muchos lo piensan, pero no es el punto… ni cerca. ¿Fascinación por la cerveza? bueno, ahí nos acercamos un poco. La cuestión es que uno de los tantos motivos de conocer Irlanda era justamente “ir de bares”, o algo así como una “ruta de la birra”. Por eso en esta entrega te cuento los 10 bares imperdibles en Dublin.
La isla es famosa por dos bebidas: los whiskys y las cerveza, y la oferta es sumamente amplia dentro de todo el país. Pero, ¿cuáles son aquellos bares más recomendables para degustar las más ricas cervezas dentro de la agitada capital irlandesa?

Acá les dejo mi top 10 😉

 

The Temple Bar

Quien viaja a Dublín debe saber que The Temple Bar es uno de los íconos de la ciudad.  Su nombre es simplemente consecuencia de la zona donde está ubicado: el barrio también llamado “Temple Bar”. Esta denominación fue dada por el comprador de estas tierras hace ya más de 4 siglos, el señor Sir William Temple. 

La región del Temple Bar es una de las más animadas y transitadas de Dublin. Limita al norte con el río Liffey, al sur con la Dame Street, al este con el puente O’Connell y al oeste con la catedral de Christchurch. Se caracteriza por estar abarrotada de pubs y restaurantes, y por sobre toda las cosas, por la música que procede de ellos. En cada esquina hay una historia y a toda hora es una gran fiesta concurrida por cientos de personas que la transitan sus calles día a día, haciendo que Temple Bar se convierta casi en una peatonal. 

Pero hablemos de “The Temple Bar”. Con una fachada única, con su rojo más que llamativo y sus guirnaldas de luces que cuelgan del techo es, sin lugar a dudas, la esquina más fotografiada de la ciudad. Tiene dos entradas, una por la calle Temple Bar y la otra en su lateral, Temple Ln S.  En su recorrida por este bar, no olviden visitar esta puerta que tiene un gran mural con fotos de bandas que tocaros, antiguos posters de Guinness, viejos calendarios; en sí un collage muy interesante y lindo background para un par de fotos. 

No recuerdo haber entrado a The Temple Bar y poder caminar con libertad sin estar cuidando de no chocarme a alguien y derramarle su cerveza encima. La primera cosa que se necesita es paciencia, sobre todo después de las 6 de la tarde. Y la segunda es dinero: no solo es el bar más famoso, si no que es de los más caros. El interior del pub tiene varios ambientes, uno al aire libre llamado “Beer Garden”, pero todos decorados al mejor estilo irlandés: banderines, banderas, afiches de cervezas, insignias de todo tipo, vasos, botellas, fotos enmarcadas; una mezcla interesante que le da una ambientación única. Sobre el pequeño escenario, bajo las luces de neón rojas con el nombre del pub, hay espacio para 3 o 4 músicos como mucho. De las paredes cuelgan fotografías de bandas y artistas que hicieron vibrar las paredes del Temple y una placa de letras blancas, recuerda que allí, en ese mismo escenario, el guitarrista Dave Browne rompió el record Guinness tocando su guitarra 114 horas seguidas en junio de 2011.

Así es todo en el “Temple”, una fiesta… y si no me creen miren como se pone un viernes a la noche 🙂

www.thetemplebarpub.com

The Old Storehouse

Otra de las joyitas del corazón de Temple Bar. Con su piso de madera y su luz sumamente tenue, este pub de pura escencia irlandesa ha sido, en otros tiempos, un almacén de navieras. 

Los precios son bastante parecidos a “The Temple Bar”, las pintas de cerveza rondan entre los 5 y 8 euros. “The Old Storehouse” ofrece un menú no demasiado extenso, pero delicioso y especializado en platos típicos irlandeses. 

El Traditional Guinness & Irish Beef Casserole” es un plato que hay que proba. Se trata de un estofado de carne vacuna (también puede ser cordero) en una salsa a base de cerveza Guinness y puré de papas. O por qué no, un “Irish Cottage Pie”, un tradicional pastel de papas y carne molida, pero super sabroso por los condimentos que utilizan (secreto de la casa). Los platos cuestan entre los 14 y 22 euros, y algunos alcanzan para compartir, si son dos personas que no comen demasiado.Recuerden ir temprano para conseguir lugar, y también que la cocina cierra, como el la mayoría de los lugares de Dublin, alrededor de las 21:30 hs. Y que mejor que acompañar una buena cerveza y un exquisito plato de comida con música en vivo. Todos los días entre las 15 y la 1 pueden disfrutar de diferentes artistas locales con diferentes repertorios de música irlandesa e internacional (pueden chequear los horarios en la página web como también los precios y el menú).

www.theoldstorehouse.ie

The Brazen Head

Domingo, 11 de la mañana. Ese fue el día y horario en el que entré al bar más antiguo de Dublin. Accedimos por la pequeña puerta enrejada sobre la calle Lower Bridge St, y atravesamos un corredor bastante medieval, repleto de barriles de cerveza apilados que dejaban un espacio acotado para transitar. Como si fuera un “túnel del tiempo”, desembocamos en un patio interno de suelo empedrado, custodiado por dos hombres de armadura… bueno en realidad sólo eran dos armaduras. Bajo el alero, distribuidas en el perímetro del patio había unas 10 mesas altas acompañadas por banquetas, ocupadas ya por algunos clientes. Era un día soleado, pero estaba fresco para estar afuera, así que decidimos entrar.

Como si fuera viernes a la noche, el bar estaba casi repleto. Sólo quedaban algunos taburetes en la barra y una pequeña mesita redonda, donde finalmente nos sentamos. Era tipo taberna, de techo bajo y piso de madera crujiente a cada paso. Creo que lo que más llamó mi atención, además de que, como dije al principio, era domingo 11 de la mañana, fue que todas las personas en ese bar, PERO TODAS, estaban bebiendo cerveza Guinness. Se notaba en sus pintas de casi 500 ml de líquido color café y su banda de espuma que disminuía en cada sorbo. Clara demostración que estábamos frente a auténticos nativos de Irlanda que, diferencia de nosotras que seguimos en nuestro “plan” de probar todas las cervezas irlandesas que se atraviesen en nuestro camino, seguían fieles a su stout. En la barra conté 10 canillas de cervezas de distintas marcas y 3 de Guinness. Me decidí por la roja hecha en aquel bar, una “The Brazen red”, que por cierto estaba deliciosa.

En cuanto a la ornamentación, más que particular, las paredes estaban abarrotadas de fotos enmarcadas de todos los tamaños, algunas en color y otras en blanco y negro; billetes, posters, carteles, relojes, banderas,  insignias de equipos de fútbol, de escudos de familias, y hasta de departamentos de policía de todo el mundo, cubrían los muros sin dejar espacio alguno. Una de ellas era una especie de “mural de la fama”, dedicada a fotografías de personajes famosos que habían estado allí.

El bar tenía varias habitaciones con diferentes decoraciones. Me imaginé que en 1198, año en el que fue fundado, seguramente habría comenzado como una pequeña posada y luego, con el correr de los años, hayan ido ampliando el lugar. Pensar que en ese lugar se juntaban a beber cerveza verdaderos vikingos, me ponía la piel de “pollito”.

The Brazen Head se encuentra un poco más alejado de la zona de Temple Bar, pero vale la pena ir a conocerlo y probar su cerveza sea la hora que sea.

http://www.brazenhead.com/

 

The Quays

Casi como por casualidad (o causalidad) caímos en The Quays un viernes por la noche preguntando si aún estaba la cocina abierta y afortunadamente así fue. The Quays tiene en su planta baja el bar donde, como en la mayoría de los pubs dublinenses, suena la música en vivo a toda hora;  en el primer piso es donde funciona el restaurante. A penas subimos las empinadas escaleras nos recibieron muy amablemente y nos ubicaron en una mesa para dos. El calor era reconfortante y el aroma a comidas te abría aún más el apetito. 

Inmediatamente nos atendieron trayéndonos la carta. Pedimos dos cervezas para empezar, las cuales vinieron acompañadas por una cesta con pancitos y manteca. Como plato principal pedimos “Slow Cooked Beef & Guinness Stew” para compartir. Sí, otra vez el guiso de carne a la Guinness, con vegetales y puré de papas; pero en este lugar, señores, lo hacían de p… madre. La porción era lo suficientemente grande como para mi amiga y para mí, además de que la cerveza llena bastante. Cuando terminamos, bajamos al bar por otra pinta. Los precios oscilaban en la media de todos los pubs y restaurantes de la zona Temple. Entre 5 y 7 euros la pinta de cerveza, y los platos de comida comenzando en los 14 euros.

www.quaysrestaurant.com

The bar with no name

Buscando bares para conocer en Dublín, me topé con este que llamó mi atención por su nombre… o mejor dicho por su NO nombre. Se encuentra ubicado frente al Market Arcade, un mercado de aspecto victoriano donde pueden encontrar ropa, joyería, artículos de colección, música y comida. La manera de encontrar el “Bar sin nombre”, es mirando las fachadas de las construcciones (de todos modos se los dejo marcado en el mapa :p ). La entrada a este pub está indicada por un caracol terrestre de madera colocado en umbral de la puerta, más allá de que a veces puede haber un pizarrón como se ve en la foto.

Subimos las escaleras, sin saber del todo a dónde conducirían, y es que tenía más pinta de que estemos ingresando a un antiguo hotel que a un bar. Adentro, daba la impresión de ser una casa restaurada, lejos de los bares típicos irlandeses que venía visitando: varios ambientes, algunos separados por arcadas y otros por su pared original; sin embargo, compartían varias similitudes: pisos de madera, techos altos,  ventanales,  pero la decoración es lo que hacia la diferencia. En el cuarto más grande había una larga barra junto a algunos taburetes. Detrás de los dos muchachos que no paraban de servir cerveza, las estantería espejadas devolvían la imagen de las botellas de licores, whiskys y otras bebidas blancas. Además de la infaltable canilla de Guinness, ofrecían otros 8 tipos de cervezas más, variando en marcas y estilos. Tres columnas funcionaban como divisoras entre la barra y el sector de pequeñas mesas, varias de ellas ocupadas. Un sillón de cuero estilo Chesterfield ocupaba el sector debajo de los ventanales que daban a Fade St. La habitación contigua, proponía otro tipo de ambiente: un hogar que aún no estaba encendido, mesas altas con banquetas de madera y algunos cuadros de gran tamaño adornando las paredes de un rojo intenso.

Eran cerca de las 5 de la tarde y no estaba demasiado concurrido. Tampoco había vestigios de que alguna banda tocaría su repertorio en vivo como en los demás pubs de la ciudad, sin embargo el ambiente era tan agradable que valía la pena quedarse por un par de “pintas”.

https://www.nonamebardublin.com/

UBICACIONES

Espero que les haya gustado esta primera parte del post, en breve publicaré los cinco bares restantes 😀

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